INVÁLIDOS POR ACCIDENTES

Muchas veces, los accidentes nos dejan incapacidades permanentes o temporales.

Estas van desde mutilaciones, parálisis, estados de coma, fracturas, quemaduras y psicosis, que en muchos casos le impiden a uno volver a llevar una vida normal. Especialmente cuando hay daño cerebral o de columna vertebral.

Sea uno conductor, pasajero o peatón, culpable o inocente, las invalideces lo convierten a uno en víctima por haber estado en el lugar y momento equivocado. En un vehículo que no es el propio; en una ciudad ajena; fuera completamente de los horarios y rutinas propias; o bien, los accidentes nos suceden al llevar a cabo nuestras actividades cotidianas, que uno está acostumbrado a hacer diario, sin ningún peligro aparente.

Así tenemos que, lo extraordinario –que nunca se hace- o lo cotidiano que siempre hacemos, en el momento menos pensado nos produce un resultado dañino. En donde lo normal se convierte en anormal. Lo seguro se torna peligroso. Lo bueno se hace malo y uno deja de ser capaz, física o mentalmente.

La independencia de que gozábamos se nos va, para quedar en lo sucesivo bajo la dependencia de los demás. De médicos, enfermeras y terapeutas; parientes y amigos; en hospitales y asilos o bien confinados en nuestras propias casas o departamentos, de manera inesperada.

En una cama, en un cuarto, en una silla de ruedas. Tratando de volver a ser lo que éramos; o bien, sin la esperanza de una plena recuperación, sujetos a intervenciones y tratamientos que nos permitan valernos lo más posible, con objeto de ayudarnos y de ayudar a que nos ayuden.

Las lesiones de columna, por su parte, son también muy destructivas y casi siempre permanentes. A veces producen una parálisis que se extiende por todo el cuerpo, que afecta las cuatro extremidades y que se llama cuadraplejia; o bien, hay aquella otra que inutiliza medio cuerpo, porque deja dos extremidades sin movimiento, llamada hemiplejia.

Por eso, cuando se tiene un accidente grave, es muy importante contar con un abogado especializado en ese tipo de lesiones, que nos ayude en lo posible.

Eso es indispensable cuando uno se da cuenta de que, por ley, a los conductores y a los vehículos se les exigen seguros que de ninguna manera  alcanzan para pagar un buen tratamiento. Como puede leerse en el Manual del Automovilista de California en donde se nos informa que: “…La cantidad  mínima por accidente que su seguro deberá cubrir por colisión es: $15,000.00 dólares por muerte o lesiones a una persona; $30,000.00 dólares, por muerte o lesiones a más de una persona; y $5,000.00 dólares por daños materiales…”.

Como igual sucede cuando allí mismo se lee que: “…La Ley Obligatoria de Responsabilidad Financiera de California, exige que cada conductor y cada dueño de un vehículo motorizado mantenga responsabilidad financiera (cobertura de responsabilidad civil) en todo momento. Hay cuatro tipos de responsabilidad financiera: Una póliza de seguro de responsabilidad civil para cada vehículo motorizado; un depósito de $35,000.00 dólares con el Departamento de Vehículos Motorizados (DMV); una fianza de seguridad de $35,000.00 dólares obtenida de una compañía autorizada para hacer negocios en California; y, un certificado de seguro por cuenta propia emitido por el DMV…”.

Cantidades mínimas que no pueden resarcir a nadie de semejantes males. Por lo cual se nos obliga a contar con abogados especializados en indemnizaciones por lesiones, para poder ir a la Corte, con objeto de que sean los jueces quienes condenen a los causantes y a sus responsables solidarios, para que nos paguen lo justo y necesario con objeto de hacer frente a daños de tanta magnitud.